Mindfulness es un constructo teórico que procede de tradiciones orientales (especialmente el budismo) y de su reciente adaptación a la cultura y a la ciencia occidentales. Las primeras publicaciones científicas sobre Mindfulness aparecieron en los años 70 y ha ido aumentando el interés científico, exponencialmente, llegando a existir numerosas revistas y libros especializados en el tema.

Mente llena o Mente plenaSe ha comprobado que existe relación clara con el envejecimiento, en el desarrollo emocional infantil y en la reducción del estrés, entre muchos otros.

Existen múltiples definiciones de Mindfulness, siendo dos las más reconocidas:

  • Mindfulness significa prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar (Jon Kabat-Zinn, 1994).
  • Mindfulness es la capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento (Vicente Simón, 2007).

En Asapme Bajo Aragón trabajamos para reducir los niveles de ansiedad y estrés de las personas con problemas de Salud Mental con las que estamos, a las que acompañamos y con las que tenemos el placer de tratar.

El Mindfulness incluye ejercicios prácticos, no solo reducir ansiedad y estrés sino para vivir con mayor plenitud y atención al momento presente.

Principalmente, se trata de una actitud ante la vida que incluye varios componentes. Entre otros, la aceptación de la realidad observando lo que queremos mejorar, sin resignación; evitando el juicio acerca de lo que se observa; además implica lo que suele llamarse “mente de principiante”, cuya esencia es la curiosidad y la apertura mental ante lo que percibimos y experimentamos (Vicente Simón, 2010).

La técnica más común en la práctica de Mindfulness, es la respiración consciente. Respirar conscientemente, no consiste en controlar la respiración, se trata de mantener la atención plena a cada movimiento respiratorio, y si te distraes con alguna otra cosa, volvemos a centrarnos en la respiración.

 

A través de la aceptación y ecuanimidad, es un no juzgar, ni criticar y sin reaccionar ante la experiencia tal y como es en el momento presente. Es una apertura mental de estar dispuestos a ver y experimentar, las cosas como si fueran la primera vez. (Miró, 2007).

 

La instrucción fundamental, según Vicente Simón es “Aparezca lo que aparezca (en la mente), simplemente obsérvalo”.

Proponemos dos ejercicios que se pueden practicar al finalizar éste lectura. Son dos sencillas muestras del amplio marco teórico-práctico que comprende el Mindfulness (extraídos del “Cuaderno práctico de ejercicios de Mindfulness, Antonio F. Rodríguez).

LA RESPIRACIÓN CONSCIENTE

  1. Toma asiento en un lugar cómodo, silencioso e iluminado. Es preferible que la espalda esté recta y se mantenga una posición erguida para evitar dormirnos.
  2. Explora tus sensaciones corporales: el tacto del respaldo del asiento o la sensación de los pies en contacto con el suelo.
  3. Respira normalmente y centra tu atención en cada uno de los movimientos de tu cuerpo al inhalar y exhalar, especialmente en el pecho y el abdomen.
  4. Reduce lentamente el ritmo de tu respiración.
  5. Inspira mientras cuentas hasta cinco.
  6. Retén el aire mientras cuentas hasta dos.
  7. Espira mientras cuentas hasta cinco.
  8. Percibe cómo la sensación de relajación se extiende por todo tu cuerpo.
  9. Recupera el ritmo normal de la respiración y observa, ahora, los movimientos del pecho y el abdomen.

UN INSTANTE DE SABOR

Podrás realizar éste ejercicio con cualquier fruto seco, fruta o verdura.

  1. Ve a la cocina y toma un fruto pequeño. Una pasa puede ser una buena opción
  2. Siéntate en un lugar apacible y cómodo donde reine el silencia y todo esté bañado por una luz tenue.
  3. Coloca la pasa sobre la palma extendida de tu mano. Obsérvala con atención. Detente en sus minúsculas rugosidades, los casi imperceptibles cambios cromáticos de su piel. Siente su peso leve en tu mano.
  4. Acerca la pasa a tu nariz y déjate inundar por su olor, que penetrará en las vías olfativas y estimulará el paladar. Gracias a la atención plena del olfato podrás saborear la pasa antes de tenerla en la boca.
  5. Tras ésta experiencia, deposita lentamente la pasa en tu lengua. Cierra la boca y deja que el sabor recorra todos los rincones y se expanda poco a poco por el paladar. Acaricia la pasa con la lengua y percibe sus texturas.
  6. Cuando consideres que conoces la pasa por su forma y sabor, mastícala con lentitud, propiciando la                  multiplicación intensa del sabor.

 

Imagen Mindfulness

 

Jorge Hernández Gracia

Psicólogo de ASAPME Bajo Aragón